Ingresé a la educación superior en el año 1976, a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Por entonces, la informática no era un tema de conocimiento generalizado en mi país. Estaba restringido a un reducido grupo de profesionales de la administración y de la ciencia, porque habían realizado estudios de postgrado en el extranjero, mayoritariamente en Estados Unidos de Norteamérica. Mi caso fue una excepción. Hacia 1977, mi profesor de estadística, el Dr Lafayette Eaton, acordó con el Dr Osvaldo Alvarez que los estudiantes pudiésemos acceder al uso de la computadora que fue construida por Osvaldo, 10 años antes. Ahora puedo decir que comencé mi aprendizaje de computación con la primera computadora personal del mundo. Osvaldo es un fisiólogo; dedicó su vida al estudio de los canales de las membranas biológicas. Construyó una computadora para uso personal y la programaba usando assembly; el estudió todo lo necesario. Su ejemplo fue así. Quienes fuimos sus estudiantes recibimos ese paradigma. A poco andar, solicité acceso a la computadora IBM 8081 de la Universidad de Chile, conseguí textos para aprender FORTRAN, y comencé a programar. Mi objetivo era reducir mis datos del comportamiento de larvas de la mosca Drospohila, a conceptos simples; y tuve éxito. Después de aquello, me propuse más objetivos y me cambié al BASIC estructurado, un lenguaje mucho más flexible. Nunca tuve un profesor de informática; estudié solo y logré desarrollar varios programas enfocados a tareas científicas, como el uso de funciones de probabilidad, aplicación de algunas pruebas psicológicas, cálculo de calificaciones, pero aprecio especialmente a mi “Sistema Haldane”, un simulador que me permite contrastar una hipótesis de modelo genético para la existencia de un fenotipo poblacional. He seguido el ejemplo de mi maestro Osvaldo Alvarez, a quien nadie le enseñó ingeniería electrónica ni programación en lenguaje ensamblador, pero aún así estoy lejos de él.
Me incentiva aprender e introducirme en este territorio fascinante.
Aqui esta todo
Ingresé a la educación superior en el año 1976, a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Por entonces, la informática no era un tema de conocimiento generalizado en mi país. Estaba restringido a un reducido grupo de profesionales de la administración y de la ciencia, porque habían realizado estudios de postgrado en el extranjero, mayoritariamente en Estados Unidos de Norteamérica. Mi caso fue una excepción. Hacia 1977, mi profesor de estadística, el Dr Lafayette Eaton, acordó con el Dr Osvaldo Alvarez que los estudiantes pudiésemos acceder al uso de la computadora que fue construida por Osvaldo, 10 años antes. Ahora puedo decir que comencé mi aprendizaje de computación con la primera computadora personal del mundo. Osvaldo es un fisiólogo; dedicó su vida al estudio de los canales de las membranas biológicas. Construyó una computadora para uso personal y la programaba usando assembly; el estudió todo lo necesario. Su ejemplo fue así. Quienes fuimos sus estudiantes recibimos ese paradigma. A poco andar, solicité acceso a la computadora IBM 8081 de la Universidad de Chile, conseguí textos para aprender FORTRAN, y comencé a programar. Mi objetivo era reducir mis datos del comportamiento de larvas de la mosca Drospohila, a conceptos simples; y tuve éxito. Después de aquello, me propuse más objetivos y me cambié al BASIC estructurado, un lenguaje mucho más flexible. Nunca tuve un profesor de informática; estudié solo y logré desarrollar varios programas enfocados a tareas científicas, como el uso de funciones de probabilidad, aplicación de algunas pruebas psicológicas, cálculo de calificaciones, pero aprecio especialmente a mi “Sistema Haldane”, un simulador que me permite contrastar una hipótesis de modelo genético para la existencia de un fenotipo poblacional. He seguido el ejemplo de mi maestro Osvaldo Alvarez, a quien nadie le enseñó ingeniería electrónica ni programación en lenguaje ensamblador, pero aún así estoy lejos de él.